miércoles, 5 de noviembre de 2014

Sinceramente, te quiero.





¿Si te dijera que el camino al amor no existe, me creerías o te desilusionarías? Es uno de los dilemas más grandes a través de los cuales el ser humano tiene que encontrar su propio camino, sin embargo siempre nos vemos atrapados en un callejón cuya única salida es seguir la corriente de aquellos ilustres expertos en la materia de la vida.









Ay amor mío, es difícil tratar de mirar con lente ajeno la situación que nos concierne a los dos, y de la cual sólo uno es consciente. Mil veces he jurado en vano que te olvidaré, o que simplemente daré vuelta a la hoja. También me he armado de valor a momentos y me he propuesto, igualmente en vano, que te diré la verdad, que no temeré la posibilidad de tu rechazo, pero es cuestión de verte y sentirte cerca para entonces perder la palabra, los juramentos se vuelven viento, pero no de ese viento que te eleva hacia el cielo, sino esos vientos torrenciales que tiñen el cielo de gris y el horizonte se muestra cada vez más sombrío y desconocido, de esos que dan miedo. Es bien cierto, soy una cobarde pero, a decir verdad, soy también luchadora. Cobarde por temer al futuro, a las posibilidades que no me son desconocidas, no hay medias tintas en ésto; pero soy valiente porque he aprendido a mirarte a los ojos y retener el fuego que siento emanar por mi cuerpo, porque he sido capaz de ir en contra de mi misma. Quizás llamarme valiente por ésto último pueda ser relativamente cierto, o quizás sí, es un tanto estúpido decir que se es valiente por ir contra uno mismo pero ¿Es que acaso es fácil, acaso no se pierde nada?

Es fácil para muchos describir al amor, a ese que dicen es conflictivo o mejor conocido como complicado, se nos incita a creer que es el amor en sí lo que es complicado cuando en realidad somos nosotros los que no nos entendemos, los que nos inventamos trincheras en las que quedar atrapados. Sí, el amor es complicado en tanto es creación abstracta del hombre, ¡Y vaya creación! Es una noción abstracta que se arraiga al cuerpo y presenta síntomas físicos, no es juego cuando se dice que se acelera el corazón y el estómago se revuelve, la piel se enchina y la sangre hierve en las mejillas, es tan abstracto como el ser mismo. Curiosa moción, es una noción creada por el ser humano, abstracta y real, arraigada al ser y estar del sujeto. Existe un otro que te mueve, que te cambia, pero querido no creas que eso es solo obra del amor, eso es algo que sucede todo el tiempo, con todas las personas que se cruzan por tu vida, en psicología lo llamamos procesos de subjetivación, sin embargo temo que sea más allá, el amor es tan estudiado y a la vez tan desconocido como la existencia. 

El amor es un enigma que gusta por serlo, creo que es como la fe y los dioses, se idolatra porque no existen pruebas que nos limiten a seguirlo transformando y adjudicándole características particulares. El amor es ciego, eso dicen muchos, yo creo que se es ciego al decir que se ama, que se sabe definir al amor, porque el amor es invisible por ser tan físicamente tangible. 

¿Lo ves? Ya quiero unirme a las que lo definen, en fin, yo sólo quiero describirte lo que es mi amor, ese que siento que se presenta cuando andas cerca, cuando paseas entre mis memorias, cuando brota tu nombre en mis acciones o en mis reflexiones. Te digo que es complicado describir un sentimiento de tal envergadura, y aunque emocionalmente es difícil asumir que viene únicamente por parte de uno, es más fácil hablar por quien se es y no en nombre de quien se idealiza.
Verás, cuando estas lejos de mí, te tengo presente en lo que hago, cuando estoy leyendo imagino lo que comentarías conmigo de ese libro si lo leyeras también, tus argumentos y tus partes favoritas. Cuando me encuentro viendo una película veo en tu rostro guardar esas lágrimas que en ocasiones tratas imperiosamente ocultar, te veo reír en las escenas cómicas y te veo disimular el terror en esas escenas que a mí me hacen gritar sin mesura. Sí, aunque no estés ahí, estás. A veces cuando leo las noticias, me imagino las discusiones que tendríamos por nuestros puntos de vista tan diversos a la vez que convergen, las propuestas que se nos ocurrirían y las críticas a las mismas. Cuando estoy en clase, quiero aprender de todo, entender lo que debo entender para poder compartir contigo esos conocimientos, demostrarte por absurdo que a muchos pueda parecer, lo mucho que me apasiona lo que hago, quiero ser más de lo que soy.
Okay, a veces resulta conflictivo resolverse a escribir lo que se siente, pero he decido desahogarme sinceramente, creo que todo cambia cuando estás frente a mí, no es lo mismo. Mi corazón se acelera y no miento, me alejo de ti por voluntad involuntaria a la vez que deseo estar cerca y poder posar mi brazo en tu cintura o sentir el tuyo en mis hombros. Cuando te miro no puedo quitar la mirada de tus ojos, quiero que se note que te grito que te quiero, a la vez que quisiera que no lo supieras por mi. cuando hablo contigo me olvido de los temas planeados, y si logro hacerlos salir de mis labios, duran poco y lucen tontos, quiero impresionarte, que te rías conmigo y te sientas animado a platicar. Pero son sólo deseos porque no siento que lo logro, siempre me quedo con un vacío al despedirme que me hace sentir dudas y pensar que no es amor pero ¿Qué es el amor?  Es por eso que me importa saber qué se dice, pero más que nada ubicarme y definir mi propio concepto de amor para poder decir si es o no lo que siento por ti. 
Rebecca Dautremer
Amor, querido, es ajeno a ti en mis términos, porque no mostramos señales de compatibilidad. Somos amigos, amigos que se cuentan y disfrutan lo que hacen juntos. Debo decir que me gusta ese papel, pero anhelo ser más, saber qué pasará, pero a la vez temo sentirlo porque no es algo seguro y ya dicho. Soy tu amiga y me intereso por tu vida, pero a veces me duele oír tu entusiasmo por alguien más, no un dolor dramático, sino más por el sentido de impotencia, en donde sé que es consecuencia de mi falta de valor para hablar, no te puedo reclamar nada salvo no sentir mi temor a tu lado por tenerte lejos, que no notes mis miradas y mi necesidad de impresionarte. Es una impotencia por saberte emocionado por ella y no por mí, por saber que encuentras similitudes cuando nunca nos faltan temas de conversación.

He hablado de mil cosas, de mil sentires y de mi vaga idea, muy confusa del amor. Pero sobre todo te he hablado de tí y de mi, vividos como una sola situación a través de una sola persona. Te he dicho sin voz lo que eres, lo que vales y lo que representas, porque eres parte de mi visión futura, de mis viajes y proyectos, de mi familia y mis navidades. Es una voz muda porque no sabes que hablo de tí aunque lo puedas leer, no sabes que escribo por tí en algunas ocasiones y para ti en otras tantas.

Ay corazón, eres más que un sólo órgano, eres el símbolo de la felicidad y la ilusión de completud que todos buscamos, por ahora, seguiremos siendo sólo amigos. Que sean nuestras acciones y el porvenir tan incierto lo que nos hagan encontrarnos en un camino que nos una hacia el mismo fin. Sin ser uno, caminando a lado del otro.